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Crónicas de Una Terrible Ama de Casa: Un Pedacito de Primavera
Si tuviera que encontrar una explicación a las personalidades en extremo violentas, psicópatas y sociópatas de la mayoría de los personajes de Game of Thrones, diría que el es culpa de las estaciones. Sí, sí… veranos largos, cálidos e idílicos… pero, ¿inviernos que duran diez años? ¿quién podría soportar eso sin volverse medio loco? Incluso si hubieras nacido al inicio del verano… vivir toda tu adolescencia a quién sabe cuántos grados bajo cero, sin tregua, dudo que te convirtiera en un adulto con salud mental. Eso, en el hipotético caso de que lograras sobrevivir a las múltiples guerras, los saqueos y, obviamente, los white walkers. Pues yo vivo en Winterfell,…
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Crónicas de una terrible ama de casa: la vida de la “Expat Wife”
Un día llega tu marido y te dice que ha recibido una oferta de trabajo en el extranjero. Como buena millennial piensas que es una gran oportunidad. Sí, seguro vas a extrañar a tus amigos, a tu familia y a tu cultura, pero la verdad es que puedes escribir donde sea, necesitas tiempo para tu desarrollar tu segunda novela, y aunque seguramente echarás de menos dar clases y la interacción con tus alumnos, la oportunidad de hacer vida en otro país y el enriquecimiento cultural, no te lo puedes perder. Año y medio después, en pleno invierno y en medio de una crisis existencial, tienes ganas de salir corriendo a…
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Querido Millennial, no tienes que ser feliz todo el tiempo. Y está bien.
Si estás en tus veintitantos, cerca de los treinta y en contemplar las vidas perfectas de tus contactos de Instagram se te va la tuya, este post es para ti. Tienes una vida relativamente cómoda, estudiaste (o estás estudiando) una carrera, tienes un trabajo que a ratos te apasiona y a ratos odias pero que paga la renta y las excursiones de fin de semana al centro comercial de tu preferencia; con frecuencia pruebas nuevos platos de cocina fusión en los múltiples restaurantes hipsters que inundan tu colorido barrio gentrificado, vas al cine y de vez en cuando al teatro, no te puedes quejar… hasta que abres tu cuenta de Instagram…