Sobre las denuncias de violencia sexual en Wikipolítica Jalisco

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Siento que hace un siglo que no me daba un respiro para escribir en este blog. Tras varios meses de entregas kilométricas para mi maestría, y una tesis sobre decolonialidad y género en la obra de Sor Juana, la verdad es que las letras no me sobraban, el tiempo y las ganas de estar frente a la pantalla, tampoco.

Pero hoy he decidido romper el silencio virtual de estos meses por un tema que me preocupa porque atañe a una organización en la que creo, y más importante aún, a personas a las que quiero y en las que confío. El día de ayer, Alexia Soch denunció por medio de su cuenta de twitter las agresiones sexuales que sufrió por parte de un ex integrante de Wikipolítica Jalisco. Su denuncia se suma a muchas otras que conforman el movimiento #metoo, que busca visibilizar los distintos alcances de la violencia sexual que sufrimos las mujeres en nuestra vida cotidiana por parte de familiares, maestros, compañeros de trabajo, jefes, etc.

Yo no conozco a Alexia, pero le creo. Le creo porque estoy convencida de que en esta cultura misógina que sexualiza a la mujer para después discriminarla, señalarla y revictimizarla,  exponer públicamente un suceso tan terrible y traumático como una violación requiere una cantidad tremenda de valentía y resiliencia, y no es ningún juego.  Contrario a lo que esa misma cultura machista nos quiere hacer creer, contrario a lo que algunos hombres cómodamente se obstinan en predicar, –salvo casos aisladísimos– las mujeres no estamos locas ni vamos por la vida creando denuncias falsas para arruinarles la reputación. He trabajado de cerca con personas que han vivido violencia sexual, he visto lo difícil que es para muchas de ellas enfrentarse a sus agresores. He sufrido porque mujeres muy queridas y cercanas, pese a mis esfuerzos y los de sus seres queridos, siguen sin poder abandonar a quienes las violentan y las maltratan. Yo no conozco a Alexia, pero le creo, también por el hecho de que, tras su declaración, otras mujeres han levantado la voz para denunciar diferentes tipos de agresiones por parte del mismo sujeto.

Wikipolítica Jalisco, ahora reorganizada como Futuro Jalisco, tras tener noticia del testimonio de violación mencionado,  ha expresado por medio de un comunicado en su cuenta de twitter su apoyo y respaldo hacia Alexia, han condenado los actos de violencia sexual cometidos por sus ex integrantes,  y como organización, reconocen que en su momento no pudieron “construir un clima organizacional para que las mujeres tuvieran claro cómo denunciar o se sintieran seguras para hacerlo”. Los hechos duelen no sólo para los directamente involucrados. Son un golpe duro para quienes conforman este movimiento político-social y para quienes creemos en él; pero sobre todo, estos hechos  nos demuestran hasta qué grado está interiorizada la cultura de la violencia de género y qué tan terriblemente amplios son sus alcances. Hablar de violencia sexual dentro de un movimiento joven, auténtico, en el que han participado tantas personas de forma desinteresada con el objetivo de generar un cambio positivo en la sociedad, es sin duda difícil de procesar y nos puede hacer sentir desesperanzados; pero sin embargo, yo sigo creyendo en el movimiento porque he participado en él, he seguido sus resultados y  conozco de cerca a muchos de sus integrantes, como Susana Ochoa, Diego Arredondo y Pedro Kumamoto, a quienes considero personas íntegras y por quienes siento una profunda admiración y estoy segura, trabajan con una política de cero tolerancia con el objetivo de crear un ambiente seguro para sus miembras.

La violencia de género está ahí, normalizada en la conversación familiar, en los chistes sexistas, en la música que escuchamos, en los productos audiovisuales que consumimos, en nuestras actitudes hacia la tan temida y condenada libertad femenina, está en las instituciones,  en los círculos tradicionales de poder, en las organizaciones filantrópicas y también en los círculos en los que se trabaja activamente para gestar un futuro de justicia social y equidad de género. Es terrible, pero la violencia sexual en nuestra cultura ha sido normalizada al punto de encontrarse en todas partes, por eso tenemos que estar alertas,  alzar la voz, demandar justicia, respaldar a las víctimas y también auto evaluarnos como individuos, en nuestras relaciones, en nuestros espacios.

Ante estos hechos estoy aún más convencida de la importancia de feminizar la política. Falta mucho por hacer, pero ahora más que nunca, Futuro Jalisco, tienes un enorme compromiso con nosotras.

Para Alexia y todas aquellas mujeres que valientemente han denunciado a sus agresores, sólo puedo decirles una cosa: Yo sí les creo.

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