Nutella Vegana. Receta y un Poco de Historia

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Por alguna razón, esta sección de mi blog ha sido la más relegada, o a la que menos le hago caso. Quizás mi inconsciente quiere guardarse para sí las recetas y no compartirlas con nadie, cual Bree Van de Kamp o abuelita cabrona. O quizás lo que me gusta de la cocina es la práctica  y no describir el proceso y la teoría; aunque esta última suposición puede ser descartada al leer las aventuras enmantequilladas de Adélaïde en  El Veneno de las Mariposas. Quizás es simplemente que  no me había dado la gana, pero hoy como hay muchas nubes y está a punto de llover se me antojó no quedarme el aroma a avellanas tostadas para mí solita.

La obsesión del millennial con la Nutella no es cosa nueva. Algo tiene esta crema de chocolate con avellanas que nos vuelve adictos, y como a mí me encanta indagar en el origen, el drama y la historia detrás de mis cosas favoritas, aquí un poco de cómo se inventó.

La zona del Piemonte, en el norte de Italia,  se conoce por  su tradición chocolatera, pues en su capital, Torino, se creó por primera vez la barra sólida de chocolate; antes de eso la fascinación de las cortes europeas por el cacao se limitaba a la bebida en taza, algo más similar a la tradiciónal bebida maya denominada xocolatl, sin el chile, por supuesto y con azúcar y un poco de leche.  

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Escaparate de Stratta, una de las chocolaterías más antiguas del mundo. Torino, Italia. Octubre, 2015.

Pero volviendo a los 40’s, resulta que en uno de mis rincones favoritos del mundo, la ciudad de Alba en el valle del Langhe, a unos 70 kms de Torino,  el señor Pietro Ferrero, repostero de tradición y dueño de una panadería, ante la escasez de cacao como resultado de la segunda guerra mundial, decide recurrir al invento de aquel cocinero piemontés que, en 1806 ante el mismo problema resultado de las dificultades para importar cacao y el bloqueo de napoleónico, incrementa la producción de chocolate mezclándolo con pasta de avellanas, las cuales abundan en la zona. A esta mezcla se le conoce como “Pasta Gianduja” y podríamos considerarla abuelita de la Nutella; consiste en un bloque sólido de chocolate con intenso sabor a nuez, compuesto por 50%chocolate y 50% avellanas.  Para 1951 Don Ferrero empieza a comercializar una versión cremosa de la Gianduja y la llama “Super Crema” y es así como nace la Nutella.

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Domingo en el centro de Alba durante la Feria de la Trufa.  Octubre 2015

Y después de la historia, quizás se pregunten como por qué alguien querría tomarse la molestia de preparar Nutella en casa si la que la que encontramos en el súper, producida por la compañía Ferrero (sí, del mismo Don Pietro), es deliciosa. Y la respuesta es variada: veganismo, control de calorías, alergias, etc. En lo personal, preparamos Nutella casera porque ni mi marido ni yo consumismo lácteos. Y la verdad es que por más deliciosa que sea, la Nutella industrial contiene muy pocas avellanas y un montón de azúcar, además de grasas saturadas como el tan controversial aceite de palma, que está acabando con selvas enteras. Por otro lado, quien me conoce sabe que me encanta cocinar “from scratch” y este es uno de mis varios caprichos caseros.

Hay quien me pregunta si sabe igual que la versión comercial, yo les aseguro que sabe mucho mejor. Algo sí puedo prometerles, después de preparar la versión casera, no querrán volver al producto industrial.

Crema de Avellanas Vegana

125 grs. de avellanas

200 grs. de chocolate semi amargo para repostería (la marca Turín es deliciosa).

1 cucharadita de azúcar

1 pizca de sal de mar

3 cucharadas (variable) de aceite líquido (puede ser de aguacate, oliva, girasol… etc) o cuatro cucharadas de aceite de coco

1 cucharada de cacao

1/2 cucharadita de extracto natural de vainilla

 

Instrucciones:

Tostar las avellanas durante diez minutos en el horno a 175 ºC  Tómate unos segundos para disfrutar el delicioso aroma <3

Sacar del horno y dejar enfriar unos minutos. Las avellanas tostadas se verán así, con la piel desprendida.

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Retirar la piel de las avellanas con las manos mientras aún están tibias. Posteriormente, hay que ponerlas en la procesadora de alimentos o en la licuadora y licuar durante unos minutos. Primero se harán polvo y poco a poco comenzarán a soltar el aceite y a tomar una consistencia similar a la mantequilla de maní. Agregar la mitad del aceite y dejar reposar.

Derretir el chocolate a baño María con el aceite restante. Agregar a la mezcla y licuar. Al final se agrega el cacao en polvo, el azúcar, la sal y se continúa licuando hasta obtener la consistencia deseada.

Normalmente la pasta queda con pedazos pequeños de avellana, lo cual la hace todavía más irresistible, para mi gusto.

Importante: Las cantidades de aceite son variables pues la consistencia de esta crema dependerá en gran medida del clima. El Aceite de coco se solidifica por debajo de los 20ºC y esto puede resultar en una pasta más dura. Sugiero ir probando las cantidades  y los tipos de aceites. El chocolate también se solidificará a temperaturas bajas, así que hay que calcular según el clima en el que vivimos. Si al enfriarse la mezcla, la pasta está dura, hay que agregar un poco más de aceite.

Ponerse creativos: No es obligación respetar la receta al pie de la letra, lo mejor es experimentar hasta encontrar nuestra versión favorita. Se puede hacer con almendras en lugar de avellanas, o mitad y mitad, con chocolate con leche (para los no veganos) con canela, más o menos azúcar… cada quien decide 🙂

Andiamo a mangiare!

 

Referencias:

http://gastronomiaycia.republica.com/2009/09/28/gianduja/

 

 

 

 

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