El derecho al que las mujeres, en pleno siglo XXI, no tenemos derecho.

woman-506120_1920¿Cuántas veces has escuchado que a un hombre se le juzgue o castigue por no acceder a salir con tal o cual persona? ¿Cuántas veces un hombre ha sido tachado de interesado, superficial o mamón por no seguir la plática rándom de un desconocido? ¿Cuántas veces la sociedad ha desaprobado el que un hombre no acceda a darle su número de teléfono a alguien que no conoce? ¿Cuántas veces un hombre ha sido insultado o atacado por no aceptar una copa en un antro o no querer bailar con el desconocido que lo está acosando?

Quizás algunas pocas veces. Quizás ninguna. No tengo una respuesta con valor estadístico para esa pregunta. Pero lo que sí sé, porque como mujer no sólo lo he vivido, sino que además he sido testigo de cómo mis hermanas, mis amigas, mis congéneres han pasado cientos de veces por las situaciones mencionadas. La mujer no tiene derecho a decir que no, sin que se juzgue o cuestione su decisión. En pleno siglo XXI. Puede sonar exagerada mi afirmación, pero si reflexionamos verás que no es para nada descabellado lo que estoy diciendo.

En redes sociales circulan varios videos que presumen de “desenmascarar” a tal o cual mujer interesada. La dinámica de estos videos, generalmente actuados, es la de un chico que llega vestido de manera sencilla e intenta entablar una conversación con una desconocida, nada más porque “se le hizo muy bonita”, a lo que la mujer regularmente contesta de manera cortante, poniendo diferentes excusas, como la de estar esperando a alguien, o la de tener novio. Acto seguido, el hombre le pide su teléfono y ella se niega a dárselo. Después, sorpresivamente, llega el supuesto chofer con el coche último modelo y ultra lujo del fulano que resultó ser un magnate millonario, y como por arte de magia la actitud de la chica cambia, se olvida de quien supuestamente la estaba esperando, del novio y hasta de su nombre, y transforma su actitud evasiva con el desconocido, accediendo a salir con él, a lo que éste último se niega “por interesada” ¡Qué maravilla! Evidenciar, desenmascarar y humillar a la “pinche vieja interesada”.

¿Quieres perder la fe en la humanidad? Abre la lista de comentarios de estos videos; encontraras en abundancia mensajes llenos de odio, amenazas, misoginia y machismo, y no, los autores de esos mensajes no son sólo hombres. Este tipo de videos refuerzan estereotipos y promueven la idea de que es deber del hombre, desde su pedestal de superioridad de género y poder, humillar y dar una lección moral a la mujer como consecuencia de sus decisiones PERSONALES. Los comentarios son el reflejo de una sociedad que se siente con derecho de juzgar las decisiones de las mujeres:”¿Qué mala onda, el chavo nada más quería conocerte y bailar contigo, le hubieras dado chance”  “Ya házle caso a fulanito, tantas atenciones y tan buena onda que es y tú no lo sacas de la Friend Zone

La razón por la que toco el tema, además de un encabronamiento profundo, es porque yo, como tantas mujeres, he sido abordada de forma invasiva y grosera por diferentes hombres, en distintas situaciones y aunque mi carácter me ha dado para mandarlos al carajo con mucha educación y firmeza, me he sentido frustrada cuando estos individuos no han aceptado un no como respuesta.

En el antro:

– Te invito una copa, ¿qué quieres tomar?

– Muchas gracias, pero no acepto regalos de desconocidos.

– ¿Por qué no?

– Porque si quiero tomar algo yo puedo pagarlo y porque no me da la gana.

Y la historia continúa de manera tediosa, con un macho que no acepta un no como respuesta y te pide explicaciones como si su posición de hombre te obligara a ti por ser mujer, a dárselas.

¡Dámaris! ¿Por qué no usas las palabras mágicas? Es decir “Tengo novio, marido, pareja, y por eso no puedo bailar contigo” Sabemos que esa respuesta en algunos casos, no en todos, suele hacer que el machito insistente se retire porque una figura masculina (aunque ausente) en la situación tiene más valor e impone más respeto que la firme pero insignificante decisión de una mujer…

¡Precisamente por eso! Porque mi estatus amoroso no es asunto de un desconocido al que, para empezar, no le debo ningún tipo de explicación. ¿Cuándo van a entender que si una mujer dice que no, ES QUE NO? Y esa respuesta debería ser suficiente para que el ser humano en cuestión se retirara de manera pacífica. En ningún momento hablo de faltarle al respeto al otro, ni de humillar a nadie, pero aquí viene el otro argumento:

“Pobre chavo, qué mala onda, hubieras bailado con él  aunque fuera un rato, ¿sabes el valor que cuesta invitar a alguien a bailar o a salir y lo duro que es el rechazo?” Sí, lo sé, porque mientras vivamos en un mundo en el que la virilidad de los hombres es tan frágil como su número de conquistas e importa más que el derecho de una mujer a ser libre y decidir sin que se le cuestione, este tipo de situaciones van a seguir pasando y las mujeres vamos a seguir siendo las malas de la película.

¿Qué podemos hacer?

Como mujeres, ser sinceras, respetuosas y firmes. Si no te interesa conocer o platicar con alguien, exprésalo con firmeza. No tienes que dar explicaciones, ni es tu responsabilidad el autoestima de un desconocido (ni la de nadie).

Actuemos en tribu

Un día mi hermana me acompañó a arreglar mi coche. En el taller mecánico, un cliente unos 15 años mayor que nosotras se acercó en plan de Don Juan. Yo ni siquiera le seguí la plática pero mi hermana no encontraba la forma de cortarle el rollo. El tipo insistía en preguntar dónde vivíamos, de dónde éramos, si éramos parientes… y demás información personal que en un país en el que la tasa de feminicidios y violaciones va en aumento, considero que ninguna mujer debería compartir nada más porque sí.  Como yo no contestaba sus preguntas, comenzó a acosar a mi hermana y a pedirle su teléfono, información que mi hermana se negó a proporcionarle, pero el tipo insistía e insistía y pedía explicación de el por qué no podía pasarle su teléfono.

-Porque no quiere, ¿no has entendido?- Le dije.

-Esto es entre ella y yo, no te metas- Contestó.

-Esto es entre nosotras y tú. Así que por favor deja de molestarnos o le voy a llamar a la policía.  Lo que estás haciendo es acoso, está mal y no vamos a tolerarlo.

El tipo se fue soltando pestes e insultos, pero por lo menos nos dejó en paz.

– ¡Gracias por quitarlo de encima! ¿Cómo le haces para ser tan firme? Yo no puedo, me da pena. – Me preguntó mi hermana.

Puedo decir que no siempre fui así, me costó tiempo darme valor y entender que no le debo explicaciones a nadie, menos a un desconocido. Entre mujeres debemos cuidarnos y apoyarnos. Si para un individuo la respuesta negativa de una mujer no es suficiente, posiblemente la de dos lo sea.

¿Y qué hay de los chicos amables que se acercan con buenas intenciones? ¿Hay que tratarlos como piñatas?

En ningún momento propongo faltarles al respeto, ser groseras o humillarlos. Ni somos Diosas inalcanzables que merecemos que los hombres se humillen y arrastren frente a nosotras, ni todos los hombres son violadores y asesinos, pero lo cierto es que lo de las buenas intenciones no podemos saberlo, y ante la situación de inseguridad y violencia que se vive en México y en tantos otros países, tenemos que ser cuidadosas con la información que compartimos y la confianza que le brindamos a alguien que no conocemos. Pero voy a insistir en el siguiente punto:

Es tu decisión y tiene que respetarse. Así se trate de seguir una conversación, aceptar una invitación a salir, una copa en el antro, bailar una canción o darle tu teléfono a alguien, es tu decisión.  No permitas que el otro la cuestione. 

¿Y como hombres bienintencionados?

No, no es un pecado sentirte atraído por una chava que no conoces. Sí, eres libre de acercarte DE MANERA RESPETUOSA, e intentar hablar con ella. Si ella accede, genial, que comience la historia. Si ella se niega, no insistes, no preguntas por qué ni te haces la víctima. Le deseas un buen día y la dejas en paz.

Hace algunos años mientras hacía fila en el banco un chavo un par de años mayor que yo se formó atrás de mí.  Como era obvio, salí antes que él de aquel lugar y mientras me dirigía a mi coche él se se acercó corriendo y me dijo:

“Sólo me acerqué para decirte que me pareciste guapísima, y desearte un excelente día”.

Me arrancó una sonrisa. Le di las gracias y le deseé un excelente día a él también.

Créanme, ninguno de los idiotas que te gritan estupideces en la calle consigue arrancarle una sonrisa a una mujer. Hace falta valor y seguridad para acercarse a alguien y hablarle mirándole a los ojos, como se le habla a otro ser humano,  dos cosas que los machitos acosadores, no tienen.

 

 

 

 

 

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