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Ser foráneo y comer como rey en 4 pasos.
Aceptémoslo. Presumir que se te queman hasta las quesadillas ya no está cool. Quizás en la prepa, cuando vivías en casa de tus papás y la comida aparecía en la mesa como por obra y gracia de un batallón de elfos domésticos, no importaba mucho; pero ahora que has salido de tu terruño para estudiar en otra ciudad, probarte a ti mismo y ser más o menos independiente, el arte de cocinar es una práctica básica de supervivencia. Yo lo viví, y hace un rato, mientras leía un post con el que me sentí profundamente identificada, Soy foránea, ni de aquí ni de allá, de mi amiga y blogger Mariana…