La alquimia en la cocina

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Cocinar desde cero o from scratch, como dicen nuestros amigos angloparlantes, me fascina. No sólo es más natural y menos costoso, sino que satisface el deseo primario y neandertal de conocer cada uno de los ingredientes que se usan, jugar con ellos y crear cosas nuevas.

Durante mis primeros años de repostera aficionada, entre los 14 y los 18, dependí de las bonitas e industrialmente producidas mezlcas de Betty Crocker y Duncan Hines para hacer cualquier pastel. Mi incursión en la cocina “from scratch” se la debo a la madre de mi primer ahijado y una de mis mejores amigas: Eva María Zimmer. Una tarde, en la bonita y ardiente ciudad de Hermosillo, Sonora, Eva me invitó a hacer un pastel de chocolate. Sacó un libro gigante, pesado y viejo, en alemán (Eva es alemana), con un montón de fotografías para hacer agua la boca y recetas de repostería de las que no fui capaz de entender ni una sola palabra. Mi amiga comenzó rayando una brillante y aromática barra de chocolate amargo y mezclándolo con harina, polvo para hornear, huevos y demás ingredientes. Entonces vino mi pregunta:

-¿Y la cajita de Doña Betty Crocker?

Eva se dobló de la risa un ratito. No había cajita Betty Crocker y no la necesitábamos. Un universo nuevo se abría ante mis ojos puestos en el horno mientras el pastel se cocinaba. Mi vida a partir de esa tarde, sería distinta.

Eva y Alexander en 2012.
Eva y Alexander. Junio, 2012.

Preparar el pastel de manera “artesanal” no fue para nada difícil , los resultados fueron espectaculares  y yo me sentí toda una chef nivel avanzado por ser capaz de crear algo tan delicioso sin necesidad de una cake mix de la que, hasta aquel momento, nunca me había preguntado cuántos aditivos extraños contendría. Porque la industria alimentaria no se mete en grandes problemas ni suele gastar en materia prima calidad gourmet en sus procesos; Sino lo contrario, con el objetivo de reducir costos, a menudo se sustituyen elementos naturales como el chocolate y la vainilla, por saborizantes y colorantes artificiales.

Quizás haya personas a las que esto no les genere ningún conflicto, pero yo más que conflictuarme, la verdad es que disfruto la independencia de poder satisfacer mis antojos  prepararando casi cualquier cosa en casa, con ingredientes comunes (desde un Pastel Alemán, un Chocolate Lava Cake o un Pie de Limón con Merengue,  hasta un tarro de Alioli). Además de la aventura de conocer un universo enorme de ingredientes, especias y hierbas que literalmente convierten un platillo en magia.

El aroma de la nuez moscada recien rallada, un bouquet garni aromatizando la más simple de la sopas, la mantequilla derretida lista para dorar la cucharada de harina que se convertirá en salsa bechamel. La cena que transforma un día aburrido en algo memorable. Hay mil experiencias esperando en nuestras alacenas. Sólo se requiere un poco de creatividad y ganas de comer rico.   

Es así como experimento con ingredientes, invento recetas que a veces salen bien y otras no tan bien, y me doy el lujo de vivir una transformación: De mujer común del siglo XXI a hechicera, alquimista y creadora. Todo eso pasa cuando entro en mi pequeña cocina.

En esta sección publicaré esas recetas que nacieron de algunos experimentos y que son dignas de compartir; también algún que otro hallazgo de blogs gastronómicos como The Kitchn, Sally’s Baking Addiction, Add a Pinch o algún clásico de Julia Child. El único objetivo es descubrir sabores nuevos y disfrutar.

Bon Appetit!

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