Hablemos de Acentos

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Hace veinte años aprendí a escribir.  Fue un momento mágico en el que mi impaciencia de niña obligó a Graciela, mi santa madre, a enseñarme el abecedario completo antes de entrar al kinder.  Ese mismo día, mientras intentaba memorizar la relación símbolos – sonidos, logré componer la primera palabra que puse por escrito: AMOR.  Con mayúsculas. Para Graciela siempre ha sido más fácil escribir  de esa manera; así que cuando su primogénita decidió no dejarla descansar hasta recibir el regalo de las letras, la joven madre resolvió no complicarse ni complicarle demasiado la existencia  a su hija, omitiendo así el uso de las minúsculas, y por supuesto, los acentos. Porque en los noventa era gramaticalmente aceptable la carencia de las tildes en textos escritos en letras capitales.

Pero en el pecado iba a encontrar la penitencia. ¿Qué condenada diferencia hay entre las eses, las ces y las zetas? ¿Para qué sirve la hache? ¿Diferencia entre la ve chica y la be grande? Esos problemas nunca antes me habían atormentado !Pero la niña quería escribir! Así que con mi hallazgo llegaron años de oscuridad en los que la única respuesta que recibía  de mis maestros, era que no había más remedio que aprenderme de memoria las palabras. De esta manera, a escasa edad acabé por asumir que viviría mis días como una delincuente de las letras, víctima de la mala ortografía.

Pero con el tiempo, y algunos buenos profesores, empecé a ver la luz al final del camino. Uno de mis principales logros a los nueve o diez años, fue comprender el por qué de las tildes. La dinámica y diferenciación entre palabras graves, agudas y esdrújulas, me pareció mucho más consistente que las reglas irracionales de las consonantes homófonas.  Entonces descubrí, que pese a que  mi acta de nacimiento noventera estaba ESCRITA EN MAYÚSCULAS Y CARENTE DE ACENTOS, mi nombre, Dámaris, era una palabra esdrújula, y según la regla, SIEMPRE debía llevar acento.

Así que le empecé a poner acento. En mi familia mi nombre se ha prestado para diferentes apodos y muy pocos diminutivos, Damarusca, Damaruchis, Mayiyis y Dámadis son sólo algunos, pero hay algo que nunca ha estado en duda: Se dice Dámaris, acento en la primera A, palabra esdrújula. Pero claro, fuera del ámbito familiar las cosas son distintas.

Damaris, Damarís, Adamari, Damari, Mari… Me han cambiado el nombre tantas veces que desde hace años dejé de corregir a la gente y decidí tomarme  las cosas con humor. No ha faltado el incrédulo que con terquedad se ha atrevido a asegurarme que conoce a varias Damaris, que seguramente mi versión  es la incorrecta y que he vivido engañada, cosa que admito que me encanta que suceda, pues me da la oportunidad de  callar bocas con el infalible argumento de que en la sacrosanta y antiquísima Biblia, escrita supuestamente hace más de dosmil años, aparece mi peculiar nombre de origen griego en Hechos 18, ¿y adivinen qué? ES CON ACENTO.

Como la buena comida, las buenas historias, la buena música, los buenos momentos…

Bienvenidos a mi blog.

26 Comments

  • Ana Yudith Robles Villegas

    Muchas felicidades Dámaris !!! que tus sueños se sigan haciendo realidad!!
    El trabajo la perseverancia y el buen ánimo nunca deben de faltar.. Un abrazo te quiero mucho prima. 

  • Jorge Vargas

    Una palmadita en la espalda y un choque de botellas oscuras por lo descrito aquí y, por el hecho de exponerte tan así (con acento) en este blog. Felicidades mujer.
    Abrazos.

  • Gloria Beltrán

    DÄmarís querida, te leo y abrazo cada palabra, evoco tu sonrisa y el brillo en tus ojos plenos de entusiasmo. Inteligencia, sensibilidad y belleza, felicidades

      • Noelia

        ¡Muchas Felicidades Dámaris!, siempre pensé que lograrias realizar todos tus sueños; desde que eras una niña admiré tu AMOR a las letras, la facilidad que tenías para aprender y la dedicación de tu madre al enseñarte.
        Aqui está el resultado. Bendiciones! Ahh sólo un detallito tu nombre en la Biblia se encuentra en el capitulo 17 y no en el 18.

  • Arely Lopez

    Eres grande Dámaris!! Sabia que no perdería mi tiempo al leer tu blog, siempre con tanta acertacion en tus palabras y ese humor negro que te caracteriza, me encantó esa primer parte, te mando un fuerte abrazo 🙂

  • Alex

    Siempre te he admirado Dámaris, y un blog tuyo definitivamente es algo que también voy a seguir de cerca. Por cierto, creo que disfrutarías mucho “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery, tiene todo un apartado dedicado a la gramática que es simplemente genial. Mucho éxito con este nuevo proyecto.

    • Dámaris

      Mi querido Alex!! Gracias por el apoyo hacia mi trabajo! La elegancia del erizo está entre mis libros favoritos <3 hahaha! Pero gracias por la recomendación!! Espero pronto ver tus éxitos en el mundo audiovisual! Abrazo grande!

  • Vasti

    Dama… mujer realmente tienes un don con las letras 🙂 me encantó la manera en que abordaste este tema tan sencillo y me hiciste leerlo completo por el toque que le diste. Felicidades

  • Norma

    Dámaris con acento. No se si me recuerdes. Soy Norma Miranda prima de Noelia, hija de Julian y Juanita! No se como apareció tu blog en mi Facebook, lo cierto es que te felicito por tan amena y divertida manera de escribir! Un saludo y me gustaria obtener una copia de tu libro. Vivo en California! Saludos y Felicidades Cheli por tener una hija tan culta!

  • Saúl C. E.

    jejej ya me estoy clavando con tu Blog!!. es Buenísimo!! Sin duda aqui andaré disfrutando de muy buena lectura!! Nuevamente muchas Felicidades!!! Saludos desde la Laguna!

  • Joaquín Ley Álvarez. También con acentos.

    Llegué aquí por medio de la liga que vi en Facebook, cuando estaba leyendo lo último que ahí ha escrito Lilia María. Me encantó tu blog y te felicito por tus inclinaciones literarias, mismas que por ignorarlas me sorprendieron. Soy un apasionado de la gramática y puedo decir que sufro cuando leo comentarios y mensajes en las redes sociales, plagados de errores ortográficos, de puntuación y de sintaxis, que revelan el bajo nivel académico en que se encuentra actualmente la educación en nuestro país. Pero que le vamos a hacer. Los maestros no pueden enseñar lo que no saben y esas son las consecuencias, aunque reconozco que no todo es culpa de ellos. Una de mis dos grandes satisfacciones en ese sentido es que mi hija Priscila escribe mucho mejor que yo, al grado que me causa envidia. La otra es verte en este sendero. Lamento que hayan sido tan pocas las ocasiones en que he tenido la oportunidad de conversar contigo. Te envío por este conducto un abrazo cariñoso, deseándote además el mayor de los éxitos.

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