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De finales de novelas.
Señoras y señores, hoy es una noche especial, porque hoy, después de tres años de letras, cientos de artículos y libros consultados, un montón de lágrimas, dos finales fallidos y una ilusión más grande que todo lo anterior, he escrito la última palabra de mi primer novela, que para variar es histórica. El sueño de mis 15 años convertido en realidad. La sensación de, por fin acabarla, fue tan gratificante que me empoderó lo suficiente para lanzarme a una de las experiencias más extremas que una mujer mexicana puede atreverse a vivir entre las mal iluminadas calles de su ciudad: bajar las 11:30 de la noche al oxxo en busca…