• De finales de novelas.

    Señoras y señores, hoy es una noche especial, porque hoy, después de tres años de letras, cientos de artículos y libros consultados, un montón de lágrimas, dos finales fallidos y una ilusión más grande que todo lo anterior, he escrito la última palabra de mi primer novela, que para variar es histórica. El sueño de mis 15 años convertido en realidad. La sensación de, por fin acabarla, fue tan gratificante que me empoderó lo suficiente para lanzarme a una de las experiencias más extremas que una mujer mexicana puede atreverse a vivir entre las mal iluminadas calles de su ciudad: bajar las 11:30 de la noche al oxxo en busca…

  • Hablemos de Acentos

    Hace veinte años aprendí a escribir.  Fue un momento mágico en el que mi impaciencia de niña obligó a Graciela, mi santa madre, a enseñarme el abecedario completo antes de entrar al kinder.  Ese mismo día, mientras intentaba memorizar la relación símbolos – sonidos, logré componer la primera palabra que puse por escrito: AMOR.  Con mayúsculas. Para Graciela siempre ha sido más fácil escribir  de esa manera; así que cuando su primogénita decidió no dejarla descansar hasta recibir el regalo de las letras, la joven madre resolvió no complicarse ni complicarle demasiado la existencia  a su hija, omitiendo así el uso de las minúsculas, y por supuesto, los acentos. Porque en…

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